Caso que muestra la revista Acupuncture in Medicine de un paciente coreano a quien se le tuvo que extraer quirúrgicamente una aguja que se rompió mientras la tenía insertada en el abdomen. Parece ser que la persona que practicaba acupuntura no estaba formada.
Por un lado, no es habitual - y se corre un riesgo innecesario- poner agujas tan largas en el abdomen (en el TAC se aprecia que la aguja está al lado de la aorta!). Por otro lado, nos podemos encontrar con que, especialmente después de la manipulación de la aguja- ésta cueste de extraer. Lo único que hay que evitar es forzar ya que nos podemos quedar -como en el caso descrito- con el mango en la mano.
En todo caso, esto nos hace recomendar con insistencia que se acuda a profesionales sanitarios formados para recibir acupuntura y evitar complicaciones innecesarias.
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